Tengo varias entradas atrasada, pero entre ellas esta se ha adelantado porque me he sentido solidaria y he querido alegraros y arreglaros el fin de semana... sí, sí... porque a ver quién el el guap@ que me dice a mi que un gofre de estos no te alegra la mañana, la tarde y el día completo! jeje!

Pues la receta es bien sencilla, vamos, muy parecida a una masa de tortitas o crepes y se prepara en un periquete. La única pega que quizás encontréis es que tenéis que tener una gofrera... pero claro, donde váis a hacer gofres sin gofrera, es un sin sentido, no? jeje! Lo mejor es una sandwichera 3 en 1 como la que yo tengo, se intercambian las placas y es super práctica y fácil de lavar y volver a utilizar ;) La mía me la regalaron de Amazon, pero en Lidl, por ejemplo, vienen en oferta muchas veces, porque mi madre se pilló una este verano igualita.

Sí que os aviso que no quedan exactamente igual que los gofres belgas más auténticos del mundo!! ain, qué ricos... pero vamos, que sí mucho mejor que los de bolsitas. Merece la pena sin duda hacerlos.


Bueno, voy con la receta que es muy parecida a la que publica Alma en su blog (ver receta), pero haciendo una mezcla con los gofres belgas, he cambiado los chips de chocolate por azúcar perlado que tenía en casa (y ese sí que era belga auténtico) y añadido un poquito de vainilla que siempre añade un sabor bien rico. Tampoco les pongo bicarbonato porque siempre me olvido de comprarlo cuando voy al super... así que ahí va la receta a mi forma!

Ingredientes
- 260g harina
- 1/2 cucharadita de levadura
- 1/2 cucharadita de sal
- 3 cucharadas azúcar moreno
- 2 huevos
- 80ml aceite suave
- 325ml leche
- 1 puñado azúcar perlado
- 1 cucharadita vainilla

Con estas cantidades a mi me salen 8 gofres en la gofrera que os comentaba. La verdad es que cuando están más buenos es recién hechos, así que si no vais a comerlos todos, es mejor hacer la mitad (con un solo huevo) y os saldrán cuatro.

Tamizamos en un cuenco la harina con la sal y la levadura. Añadimos el azúcar moreno, el aceite, la leche, la vainilla y los huevos (un poco batidos). Mezclamos todo bien con la varilla manual, no es necesario batir en batidora ni mucho menos.



Cuando tengamos todo bien integrado añadimos el puñado de azúcar perlado y removemos para que se reparta bien por toda la masa. Si las bolitas son muy grandes, como le pasa a la que yo tengo, ponedla en un paño limpio o un papel y la tapáis. Luego le dais unos golpecitos con el rodillo o algún bote (con cuidado de no liarla y partir el bote o algo...) y partir los trozos para que sean más pequeñitos y se repartan mejor.

Calentamos la gofrera hasta que esté lista. Pintamos con un poco de aceite (aunque no se pega mucho) y con un cacito llenamos de masa hasta que los cuadritos de abajo queden cubiertos. Ponemos masa en ambos lados y cerramos la gofrera. Dejamos que se hagan durante unos 4 ó 5 minutos, aunque deberéis ir echando un vistazo a partir de los 3 minutos no sea que se os pasen, que como en todo depende de la potencia del cacharrito en cuestión. El punto perfecto es cuando veáis que están tostaditos por fuera, sin llegar a quemarse.



Sacamos de la gofrera ayudándonos con una cuchara de madera o una espátula (porque quemará muy mucho) y servimos. Están riquísimos solos, con un poco de azúcar glass por encima, con chocolate, con fresa, con nata, con helado, con toooodo lo que os imaginéis. Además se preparan tan rápido que son perfectos para una merienda improvisada o para un desayuno de domingo de los ricos! Espero que la practiquéis y os guste tanto como a mi ;)

BUEN PROVECHO!!!