Pues llevaba ya un tiempo con ganas de probar a hacer unas croquetas de verdura, pero entre una cosa y otra, pues nunca las hacía... y el otro día se dieron dos grandes coincidencias: que tenía 5 minutos de aburrimiento y que mi madre me decía que le había sobrado muchísima carne del cocido. Y lo vi claro: era mi oportunidad para hacerlas!!

La verdad es que con las croquetas en general yo tengo siempre un dilema... me parecen super fáciles de hacer y muy ricas (sin comparación con esas masas homogéneas y extrañas que venden congeladas), pero odio el proceso liarlas (pasarlas por huevo y pan)... se me hace tan pesado y aburrido que a veces prefiero no hacerlas ;)


En definitiva, estas están muy ricas y seguro que repito, aunque tenga que liarlas luego... jeje! así que no me lío y os paso la receta.

Tiempo de elaboración: 1 hora
Dificultad: media

Ingredientes

- 1 cebolla
- 2 zanahorias grandes
- 2 dientes de ajo
- 2 puerros grandes
- 1/2 berengena
- Carne de pollo cocida
- 3 chucharadas de harina
- 1 vaso de leche
- Sal y pimienta
- Un chorro de vino blanco
- Aceite de oliva


Lo primero y fundamental en esta receta es que las verduras sean frescas y sabrosas, pues es lo que le dará todo el sabor. Limpiamos toda la verdura, mientras ponemos en una olla o sartén un par de chucharaditas de aceite de oliva para que se vaya calentando. Una vez limpia troceamos en primer lugar la cebolla y la zanahoria, junto con los dos dientes de ajo. Todo ello lo más pequeño posible, para que se ponga bien tierno y para que no queden grandes tropezones en las croquetas.

Cuando la cebolla y la zanahoria estén un poco doradas, añadimos el puerro bien picado. Y cuando también coja un poco de color, añadimos finalmente la berengena.

Con toda la verdura ya casi a punto, añadimos un punto de sal, pimienta al gusto y un chorrito de vino blanco. Mientras se evapora el alcohol del vino, picamos la carne cocida, que como ya está cocinada la añadiremos al resto de ingredientes al final. Removemos bien la carne con las verduras hasta que quede bien mezclado.



Ahora añadimos a la mezcla 3 cucharadas (no muy grandes) de harina y mezclamos para que se haga también un poco y no quede sabor a harina cruda. Una vez rehogada, añadimos el vaso de leche. Si antes no pusimos mucha sal, ahora será también el momento de añadir unos granitos, ya que el líquido hará que necesite un poco más.

Una vez que se espese, pasamos la masa a una fuente y dejamos enfriar.



Ya sólo nos quedará ir haciendo pequeñas bolitas de masa y pasarlas por huevo y pan rallado.

Una vez empanadas, ponemos aceite en la sartén y ya sólo queda freirlas. Al sacarlas, colócalas sobre un papel para retirar el exceso de aceite. Y el resultado debe ser algo parecido a esto:



Os atrevéis a probarlas?? vosotros las pasáis por harina??

BUEN PROVECHO!!!