Pues no soy yo muy de San Valentín y este tipo de fiestas tan forzadas... pero la idea de esta tarta era decorar una vitrina para este "día mundial del amor" y de repente me entró una fiebre enorme por hacerme con un molde de corazón y decorar todo con corazones, purpurinas y todo lo que fuera así de pasteloso!! Así que allá que me fui a buscar mi molde y a darle uso a un par de cosas que tenía por ahí aún sin usar, como unos extensil, la purpurina y unos moldes con texturas... y con todo eso salió esta tartita romántica que os enseño.

La base fue un bizcocho de cocholate y ron, relleno con buttercream de turrón de jijona y evidentemente, cubierto de fondant.
Para la decoración no me gustaba nada muy recargado, así que mi teoría en este caso siempre es: ante la duda, simplifica!! Y así lo hice... una base blanca con algunos toques de rojo, negro y plata.

P.D.- Por cierto que el título no tiene nada que ver con nada, sólo es algo que a mi me gusta decir... ;)

Espero que os guste!!!